Por estas razones es tan importante la limpieza facial...

¿Por qué debo hacerme una limpieza facial?
La cara es nuestra representante primera y está expuesta a diario a multitud de agentes dañinos que la afectan negativamente: contaminación, estrés, cambios hormonales, rayos solares, maquillaje, etc. Por lo que requiere de cuidados diarios que se completen de vez en cuando con tratamientos profesionales para una limpieza más profunda.
Complementar tu limpieza diaria con una limpieza facial profesional hará que tu piel recobre luminosidad y sus músculos se tonifiquen, consiguiendo eliminar las células muertas que le dan ese aspecto opaco y apagado.
¿Qué debo hacer para cuidar mi cutis?
Existen diferentes tratamientos que te puedes hacer en casa. Lo más importante el ser constantes y no caer en le dejadez.
A diario: cuando estés en casa, debes desmaquillar tu piel y limpiarla, así conseguirás eliminar la impurezas y mantener la piel sana y joven.
Una o dos veces por semana: debes realizar una exfoliación de la piel más a fondo y aplicar una mascarilla.
Actualmente en el mercado existe una gran variedad de productos faciales muy efectivos con los que podemos cuidar de la piel. tónicos, leches limpiadoras, cremas hidrantantes y nutritivas, mascarillas, etcétera.
Limpieza de cara paso a paso
Agua y Jabón o Leche Limpiadora. El primer paso para una limpieza de cutis es eliminar la suciedad más superficial con agua y jabón (no uses jabones normales, sino de farmacia para el rostro) o una leche limpiadora . Elimina todos los restos de maquillaje y no olvides el contorno de ojos. Empieza por desmaquillar las pestañas y continúa con el resto del rostro.
Abrir los poros con vapor. Este paso es perfecto para que los productos que vienen después penetren mejor en el cutis. Se trata de hervir agua y que haya vapores. Si aquí le echas unos aceites esenciales, como de lavanda , tu rostro además se relajará. Más abajo te explicamos cómo hacer vapor de lavanda y realizar este paso con éxito.
Aplica un Exfoliante o Peeling. Utiliza un producto exfoliante con un suave masaje circular con una gasa o un algodón, sin presionar. Evita el contorno de ojos y los labios. Masajea un poco más insistentemente en la frente, la nariz y la barbillla. Con este exfoliante ayudarás a mover las células muertas, los puntos negros y los granitos. La exfoliación se hace con un producto granulado (exfoliación mecánica) o químico (peeling enzimático). El peeling es más suave y elije según tu tipo de piel.
Elimina puntos negros y granitos. Con las manos bien limpias y usando dos gasas o algodones limpios, extrae los puntos negros más visibles y haz una leve presión en las zonas con más impurezas. En los granitos aprieta un poco para extraerlos, pero evita las uñas, por muy limpias que estén. Recuerda que tienes los poros abiertos y todo debe estar muy limpio para evitar infecciones. No insistas en los que se resistan y nunca te hagas sangre. Una vez acabado, haz abluciones con agua templada sobre el rostro. En este paso ya tienes la piel limpia y libre de impurezas y es el momento de utilizar productos de belleza que mejoren tu cutis.
Mascarillas. Elije mascarillas con propiedades calmantes, antiinflamatorias y bactericidas y utiliza la máscarilla que más necesites. Unas son hidratantes, otras anti-arrugas, otras para pieles grasas, para pieles sin luminosidad o anti-manchas. Lee las instrucciones de la que uses y cuando acabes retira la mascarilla con un pañuelo o con una infusión de manzanilla templada, casi fría empapada en un algodón. Vuelve a hacer abluciones con agua sobre el rostro.
Cierra los poros con un Tónico. Una vez que hayas retirado la mascarilla hay que cerrar los poros con un tónico, que puedes comprar o incluso hacer en casa como el té verde, que es un astringente natural.
Acabamos con una Hidratación. Elige una hidratante según tu tipo de piel, grasa, seca, mixta o normal. Una vez seca la piel, con mucha suavidad extiende en el rostro una crema hidratante y deja que penetre en la piel durante unos minutos.
También hay que tener en cuenta que los productos para limpieza de cutis que usamos hay que adaptarlos a nuestra situación y tipo de piel concreto. Por ejemplo, si aparece acné en los cambios hormonales, o al inicio del embarazo (que no sean comedogénicos), si los productos que usas no te hacen efecto, si tu edad son los 20, 30, 40 o más de 50 los productos serán distintos (hidratación, retinol, colágeno o ácido hialurónico).